Antes de comenzar a analizar los distintos modelos de administración de la convivencia es necesario realizar una pequeña reflexión acerca de ellos, ya que aunque algunos consideremos más correctos o menos, todos tienen su parte positiva y su parte negativa; al igual que sucede con la Ley de Convivencia de la que se habla en el video.
El modelo punitivo, es uno de estos tres modelos de convivencia que hemos tratado, es el más utilizado, dado que para mi punto de vista es el más sencillo de aplicar, a pesar de que está demostrado que no es el más efectivo.
Este modelo consiste en aplicar un castigo o sanción al alumno que ha incumplido las normas, con el fin de que asocie una consecuencia negativa a su acción, y no la repita,
Por experiencia propia sé que la efectividad de este método es muy reducida, y que incluso puede ocasionar otros daños dependiendo de la personalidad del niño.
Recuerdo que cuando yo estaba en el instituto, a eso de los 12/13 años, cuando me saltaba las normas y me imponían una sanción de cualquier tipo, mi pensamiento después del castigo no era el de no volver a repetir mi mal comportamiento, si no que me esmeraba en pensar la manera de poder hacerlo, sin que me "pillaran".
Con esto solo pretendo evidenciar que un castigo en la mayoría de la ocasiones no consigue el efecto pretendido, ya que también la mayoría de las veces el castigo ni siquiera está relacionado con el acto en sí.
En cuanto a los otros dos modelos, el relacional y el integrado, debido a su similitud, voy a analizar sus ventajas conjuntamente, pues para empezar, ambos ofrecen otra manera de solucionar los conflictos que, a mi parecer, puede llegar a ser mucho más efectiva si se sabe cómo hacerlo.
Quiero decir, que en este caso, me parece más efectivo el modelo integrado, ya que al estar recogido en el reglamento de convivencia de los centros, son especialistas los que se encargan de resolver los conflictos y lo harán de la manera más beneficiosa para ambas partes, favoreciendo siempre el diálogo entre las partes, o al menos esa es la intención. Sin embargo, en el modelo relacional, no está tan interiorizado en el centro y es el profesor o la autoridad competente la que se encarga de resolverlo, no siempre de la mejor manera posible, aunque también procurando resolver directamente el problema y que los niños se reconcilien.
Me parecen métodos muy buenos para la autoestima y la seguridad propia de los alumnos.
De estos dos últimos modelos no he visto muchas evidencias en mi día a día, si es cierto que mientras estaba de prácticas una profesora del centro, cuando se producía algún problema en su clase procuraba dejar que los niños se explicasen, que hablaran entre ellos y poner la mejor solución al conflicto; pero este procedimiento no siempre era posible dado el gran tiempo que se perdía de clase.
Si me tuviera que decantar por alguno de estos tres modelos, lo haría por el integrado, sin duda, a pesar de que el más cómodo y extendido sea el punitivo.
sábado, 12 de febrero de 2011
MODELOS DE GESTIÓN DE LA CONVIVENCIA
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